La dramática caída de precios en el criptomercado, especialmente de la que en algún momento fue la tercera mayor stablecoin, TerraUSD (UST), ha empezado a crear interrogantes sobre varios tokens con fijación de moneda fiduciaria y si estos en realidad tienen la capacidad para mantener su vinculación.
¿Las stablecoins están verdaderamente respaldadas?
Las empresas de stablecoins aseguran que cada uno de sus tokens emitidos siempre están respaldado por activos del mundo real y/o criptoactivos, por lo que pueden comportarse como un componente vital en el mercado de las criptomonedas.
De esa manera facilitan a los traders una alternativa en la que podrán aparcar su dinero entre la colocación de apuestas en monedas volátiles.
Entre estas stablecoins que aparentemente están respaldadas al 100% por efectivo o equivalentes de efectivo (depósitos bancarios, letras del Tesoro, papel comercial, etc.) se encuentran ejemplos como Tether (USDT) y Circle USD (USDC).
Por otro lado, tenemos a las stablecoins algorítmicas. Estas generalmente no están respaldadas por activos reales, sino que dependen de la ingeniería financiera para mantener su vinculación con el dinero fiduciario, normalmente el dólar.
Sin embargo, tras el descenso de UST (una stablecoin algorítmica), dicha estabilidad ya no es tan confiable.
A su vez, esta falta de seguridad ha causado numerosas salidas de proyectos de stablecoin tanto respaldados por activos como algorítmicos.
Por ejemplo, la capitalización de mercado de USDT ha caído de 83,220 millones dólares el 9 de mayo -el día en que UST empezó a perder su vinculación con el dólar- a 72,490 millones de dólares el 2 de junio.
Cabe recordar que, el USDT se distanció de su anclaje con el dólar mientras sufría salidas, aunque no por mucho tiempo. Lamentablemente, así no resultó para las stablecoins algorítmicas; pues, algunas siguen cotizando por debajo de su paridad fiduciaria prevista, como se podrá comprobar a continuación:
USDX
Según informes del medio Cointelegraph, USDX, la stablecoin nativa “descentralizada” de la red Kava, la cual se dio a conocer por cotizar principalmente entre 0,02 y 0,04 centavos de dólar por debajo, sufrió un distanciamiento que arruinó su vinculación casi perfecta con el dólar en medio de la debacle de TerraUSD.
Particularmente, el USDX cayó a su nivel más bajo registrado -a 0.66 dólares- el 12 de mayo. Desde ese momento, el par USDX/USD ha intentado recuperar su vinculación con el dólar y el 2 de junio cambiaba de manos a unos 0.89 dólares, como se observa en la siguiente gráfica:
A su vez, USDX ha tenido que presenciar diversas salidas por valor de 60 millones de dólares desde el 9 de mayo, lo que evidencia que los traders están liquidando sus tokens.
En tal sentido, Kava Labs, el equipo de desarrollo que le da forma a Kava Network, enfatizó que USDX perdió su paridad con el dólar debido a su exposición a UST como una de sus garantías.
Asimismo, una baja en los otros activos de reserva de USDX, incluyendo KAVA, Cosmos (ATOM), y Wrapped Bitcoin (WBTC), también afectaron su estabilidad.
VAI
Vai (VAI) resultó ser otra perjudicada de la fatal caída del mercado de stablecoins.
Es así que, la stablecoin algorítmica, construida sobre el protocolo Venus basado en la cadena inteligente de Binance -una plataforma de préstamos-, cotizó a 0,95 dólares este 2 de junio.
No obstante, actuando parecido a USDX, el token se caracterizó por cotizar por debajo de su objetivo de fijación con el dólar desde su lanzamiento.
Por ejemplo, en septiembre de 2021 –tiempo antes del conflicto de TerraUSD-, VAI había bajado hasta 0,74 dólares. Además, el escenario de quiebre de la vinculación sucedió luego de que Venus Protocol sufriera una pérdida de 77 millones de dólares por deudas incobrables en mayo de 2021 a raíz de grandes liquidaciones en su plataforma de préstamos.
Cabe destacar que, la capitalización de mercado de VAI era de 272.84 millones de dólares en mayo de 2021. Pero tras el desastroso problema de la deuda de Venus, sumado al colapso de TerraUSD, la valoración neta de VAI cayó a casi 85 millones de dólares, lo que significa una decadencia invariable de su demanda.