Estados Unidos, la mayor economía del planeta, sólo tiene dinero para honrar sus deudas hasta el 1 de junio, a menos que el presidente de ese país, Josep Biden -Partido Demócrata- alcance antes un acuerdo con la mayoría opositora – Partido Republicano- en la cámara baja del Congreso. Se estima que las repercusiones de un impago en esa nación sean globales.
La solución para evitar el impago, aseguran expertos, suele ser un trámite sencillo por consenso en el Parlamento del país norteamericano, sin embargo la pugna entre los republicanos que dominan la cámara baja y el jefe de Estado, representa un estancamiento que complica la situación y pone en riesgo la estabilidad de los estadounidenses, quienes ya enfrentan varias crisis económicas y políticas.
Biden expresó este jueves que “no habrá impago”, entretanto, y a pesar de la urgencia advertida por el Departamento del Tesoro de EEUU, ente encargado de las finanzas del país, los congresistas se tomaron un largo receso por el Día de los Caídos que se extenderá hasta el 4 de junio, tres días después de vencido el plazo previsto para evitar el temido impago.
El congresista Kevin McCarthy, líder de la mayoría del Partido Republicano en la Cámara de Representantes de EEUU y presidente de esa instancia, aseguró en conferencia de prensa del pasado miércoles 24 de mayo que los miembros de su bancada mantienen fuertes discrepancias respecto a un pretendido aumento del límite de deuda pública solicitado por Biden.
“Estoy enviando a nuestro equipo negociador a la Casa Blanca (sede del Gobierno de EEUU) para intentar cerrar las negociaciones, aseguró el congresista.
Agregó el republicano, ante la prensa concentrada en el Capitolio, que a menos de una semana para el límite señalado por el Departamento del Tesoro estadounidense, sigue habiendo “varios puntos en los que todavía estamos muy alejados” Ejecutivo y Legislativo.
Entretanto, Estados Unidos se encuentra a pocos días de caer en una suspensión de pagos, situación sin precedentes que, asegura la agencia española EFE, amenaza con echar por tierra la recuperación de la primera economía del mundo tras la pandemia y que podría sumir en el caos a los mercados internacionales.
Por su parte, la propuesta de Biden es aumentar el límite establecido legalmente para emitir deuda y de ese modo captar fondos de inversores mediante títulos, cuyos montos deberá devolver luego el Gobierno Federal bajo condiciones extraordinarias.
En contraposición, la Cámara de Representantes propone una reducción sustancial de gastos, esto en una economía que ha sido impactada por la inflación, sin precedentes en medio siglo, que se atribuye a varios factores dependiendo de quién los analice.
De cara al proceso electoral de 2024, en medio de la crisis por el techo de la deuda, los republicanos exigen la sustancial reducción del gasto público como condición para aumentar el endeudamiento, condición rechazada por la administración de Biden, quien está en campaña para su reelección del año próximo y promete acciones de lo que califica como ‘justicia social’ las cuales no son compatibles con el recorte propuesto por sus opositores.
Por un lado, desde las voces occidentales, es decir EEUU, países de la Unión Europea, y los la mayoría de los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) y la totalidad de Estados asociados en el G7, se acusa a Rusia por haber iniciado el conflicto en Ucrania y con ello afectar especialmente los mercados energético y de alimentos; de los que el país euroasiático es principal proveedor mundial.
Por su parte el Kremlin (sede del Gobierno ruso) asegura que las repercusiones negativas para la economía estadounidense, entre ellas la crisis inflacionaria, se derivan de las medidas coercitivas que, para debilitarla, le imponen los aliados en torno a la Casa Blanca.
Vale destacar que, como telón de fondo de la crisis urgente que enfrenta la economía de EEUU en busca de recursos financieros, el Gobierno de Biden y el Parlamento dominado por los demócratas en el Senado y por los republicanos en la Cámara de Representantes, han aprobado miles de millones de dólares de la llamada ‘ayuda militar’ a Ucrania para que Kiev haga frente a Moscú.
El Tesoro advierte del peligro a la Cámara de Representantes.
Janet Yellen, jefa del Departamento del Tesoro de EEUU, explicó en una carta dirigida a McCarthy, los riesgos que asumiría Washington si se deja para última hora, como está ocurriendo, elevar el techo de la deuda.
En su texto recuerda que la administración Biden, a partir del 1 de junio, se quedaría sin fondos para pagar sus compromisos domésticos y exteriores, y el único modo de evitarlo es que el Congreso pacte el acuerdo para elevar el techo de deuda que marca el límite legal al dinero que puede pedir prestado el Ejecutivo, lo cual depende por ahora de la cámara baja dominada por los opositores a Biden.
Yellen advirtió que tras la fecha tope el fisco ya no podrá financiar los servicios e inversiones públicas, ni tampoco pagar sus deudas, a menos que obtenga recursos extra, lo que se traduciría en que el país norteamericano caiga en default, es decir, declararse incapaz de cumplir sus compromisos con acreedores.
En la misiva de Yellen a McCarthy la funcionaria asegura que llevar al límite la elevación del llamado techo de la deuda puede debilitar la confianza de las empresas y de las familias estadounidenses en la Casa Blanca y en todo el Estado.
Señaló la jefa del Tesoro que la demora en lograr un acuerdo “puede causar un daño grave a las empresas y confianza del consumidor, elevar los costos de endeudamiento a corto plazo para los contribuyentes y afectar negativamente la calificación crediticia de Estados Unidos”.
Biden y McCarthy sin acuerdo.
No obstante, a principios de la semana, un encuentro presencial entre Biden y McCarthy en el despacho presidencial no dio frutos, aunque el mandatario demócrata señaló antes de iniciar la reunión que era “optimista” en cuanto lograr un avance.
Al término de la tertulia, calificó la reunión de “productiva”, aunque persisten “áreas de desacuerdo”.
El líder republicano y presidente de la Cámara de Representantes, aseguró por su parte que el lunes no hubo “un acuerdo, sino una discusión productiva en las áreas en las que tenemos diferencias de opinión”.
Señaló McCarthy que “el tono de la reunión … ha sido mejor que el de todas las veces anteriores”, pero “seguimos teniendo diferencias filosóficas”.
Criptoactivos e inflación en EEUU.
En medio de la incertidumbre que acapara la atención de los mercados financieros mundiales por la afectación a la credibilidad de la economía estadounidense, el gigante norteamericano y su moneda, el dólar, enfrentan el reto de la llamada desolarización mundial, que en otras palabras es el uso, cada vez menos frecuente, de dicha divisa en el comercio internacional y como moneda de reserva mundial.
Esta situación, según analistas, impulsa la criptoactividad, es decir, el uso de criptomonedas y otros activos basados en la tecnología de cadenas de bloques, que no depende de decisiones políticas ni desencuentros partidistas.
Análisis a partir de la guerra en Ucrania destacan que la crisis en Washington respecto el techo de la deuda y la posibilidad de que el Gobierno de Biden no pueda cumplir sus obligaciones apuntala el debate respecto al uso del dólar y su sostenibilidad lo que plantearía ¿qué instrumento podría sustituir a la moneda estadounidense?
Y es que, a partir de las medidas económicas restrictivas contra Rusia para frenar su avance en la guerra con Ucrania, la respuesta de países como China, India, Arabia Saudita y Brasil fue dejar de usar el dólar.
Aunque sí existen otros factores que impactan la criptoactividad, es un hecho que ésta no depende del departamento del Tesoro de EEUU u otras instituciones como bancos centrales nacionales, por lo cual no son sensibles a los devenires políticos.
A pesar de la independencia de las decisiones que se toman en algún Estado, que impediría el uso de las divisas como factor de perturbación para impactar sobre el comercio mundial, la criptoactividad enfrenta.
En el caso específico de EEUU se puede experimentar una reducción del alcance de los cripactivos, esto tras fallos que involucran a la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU (SEC por sus siglas en inglés) que se traducen en un cambio del esquema de custodia de los activos que se generan a través de la tecnología blockchain.
Un dato relevante a destacar es que entre las repercusiones de la crisis inflacionaria en EEUU también se afecta a los llamados ‘activos de riesgo’, entre ellos las criptomonedas, desestabilizando los mercados en todo el globo.
Por ejemplo, desde que el país norteamericano atraviesa el incremento acelerado del Índice de Precios al Consumidor (IPC), las reacciones de los mercados han sido variopintas, a veces a la baja o con incrementos que expertos califican de ‘inesperados’.
Para febrero pasado, reportes daban cuenta, por ejemplo, de un repunte en el Bitcoin (BTC) hasta los 26.000 dólares, mientras el IPC de EEUU aumentó ese mes 0,4%, ubicando la inflación en seis puntos, siendo esa el alza menos acelerada desde el inicio del alza de precios.
Previamente se aseguraba que la inflación en EEUU, que en junio de 2022 alcanzó su punto más alto en 41 años (9,1%) empujaría a la baja al BTC.
Por ejemplo, en octubre pasado, Juan Rodríguez, analisa de On-Chain, señalaba que a mayor inflainflación menor sería el precio del BTC, afectando a los criptobienes y intercambio.
On-Chain es responsable del Dolar On Chain (DoC) una moneda respaldada por BTC que es estable y emparejada al dólar; perteneciente a la blockchain de RSK.
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