La Guardia Civil de España informó este martes sobre la captura de 8 personas que estaban siendo investigadas por presunto lavado de dinero y fraude con criptomonedas.
De acuerdo con un reporte publicado el 15 de febrero, los detenidos formaban parte de una banda que se dedicaba a blanquear capitales para otras organizaciones delictivas a través de monedas estables (stablecoins).
¿A dónde se dirigía el dinero sucio en España?
Según información del medio CriptoNoticias, las autoridades informaron que las detenciones se realizaron en el marco de la operación MAUNA, a través de la cual se logró “la total desarticulación de la organización criminal asentada en Madrid”.
Las investigaciones develaron una red de colaboradores con diferentes jerarquías, que incluye desde especialistas en el manejo de criptomonedas hasta expertos en diseñar complejas operaciones en el sistema financiero internacional. Esto con el propósito de ocultar el origen de los fondos.
La policía realizó cateos en Madrid y Valladolid, que resultaron en la captura de los 8 implicados, el bloqueo de 9 inmuebles, y la incautación de EUR 300.000 (más de USD 340.000) en efectivo y varios monederos fríos de criptomonedas. Además, 30 cuentas bancarias fueron bloqueadas, así como más de un millón de euros en provenientes de actividades ilícitas.
El modus operandi
El grupo operaba recibiendo capital de organizaciones dedicadas a las estafas financieras, con el cual adquiría criptomonedas. La policía informó que incluso comenzaron a cambiar las criptomonedas a la stablecoin Tether (USDT), un token con valor anclado al dólar estadounidense, con la finalidad de protegerse de la volatilidad del mercado de bitcoin y altcoins.
Paralelamente, comenzaron a estafar a personas interesadas en intercambiar criptomonedas por dinero en efectivo, ganando con ello una prima. En este sentido, el informe de prensa de la Guardia Civil indica:
“Una vez que las víctimas se habían familiarizado con este tipo de inversiones, y que habían obtenido cierta rentabilidad, la organización criminal desaparecía con toda la inversión de criptomonedas, capital que finalmente era intercambiado con otras organizaciones criminales, consiguiendo así una doble rentabilidad delictiva.”
La policía advirtió que mantendría la operación MAUNA abierta, hasta identificar a todas las víctimas ubicadas en España.