Latinoamérica, numerosas veces, ha sido reconocida como una de las regiones con mayor nivel de problemas a nivel macroeconómico. Países como México, Nicaragua, Venezuela, Perú o Argentina cuentan con elevados niveles de inflación y falta de inclusión financiera y bancarización.
Frente a estos grandes obstáculos, los consumidores en la región han encontrado distintas alternativas para superar las dificultades que la economía de sus países enfrentan. Una de estas, la adopción de criptomonedas.
Cripto: una alternativa en Latinoamérica
Las criptomonedas pueden ofrecer servicios financieros alternativos, como pagos peer-to-peer, préstamos, ahorro, inversión o seguros, que pueden no tener los mismos requisitos que las instituciones financieras tradicionales. Esto puede ayudar a ampliar el acceso a los servicios financieros para la población sub bancarizada o no bancarizada, que se estima en más de 1.700 millones de personas en el mundo.
América Latina es una de las regiones que más ha adoptado las criptomonedas en los últimos años. Esto se debe a varios factores, como los altos niveles de inflación, la inestabilidad política y la baja penetración de los servicios bancarios tradicionales, que crean condiciones propicias para el uso de las criptomonedas. Además, muchos latinoamericanos utilizan las criptomonedas para enviar y recibir remesas del extranjero, lo que les permite ahorrar costes y tiempo.
Asimismo, cada vez más empresas ofrecen productos mixtos utilizando servicios fiduciarios y de criptomonedas, lo que ayuda a ampliar la adopción de las criptomonedas en Latinoamérica; con empresas como Lemon, Ledger, Binance, entre otras; liderando el mercado.
Ledger es una empresa francesa que se especializa en crear billeteras de hardware seguras para activos cripto. Los productos de Ledger utilizan un chip de Elemento Seguro y un sistema operativo propio para garantizar el más alto nivel de seguridad y control para los usuarios. La empresa ya lleva vendidas más de 5 millones de unidades.
Los desafíos para la adopción
Sin embargo, también existen desafíos y riesgos asociados a las criptomonedas. Algunos de estos son la volatilidad de los precios, la ciberseguridad, el lavado de dinero, la evasión fiscal, la protección al consumidor, la estabilidad financiera y la sostenibilidad ambiental. Estos desafíos requieren una mayor cooperación y coordinación entre los reguladores, los supervisores, los proveedores de servicios y los usuarios de las criptomonedas.
También se necesita una mayor educación e información sobre las características, beneficios y riesgos de las criptomonedas.
Por ello, es importante que exista un marco regulatorio adecuado, proporcional y equilibrado para las criptomonedas en América Latina. Algunos países de la región han avanzado más que otros en este aspecto. Por ejemplo, El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en adoptar el Bitcoin como moneda de curso legal en 2021. Esta medida buscaba impulsar la inclusión financiera y el desarrollo económico del país, pero también generó controversia y críticas por parte de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM).
Otros países como Argentina, Brasil, Colombia o México han optado por una regulación más flexible y permisiva para las criptomonedas, mientras que otros como Bolivia o Ecuador las han prohibido o restringido.
En conclusión, las criptomonedas pueden ser una herramienta para avanzar en la inclusión financiera en América Latina, siempre que se garantice un marco regulatorio adecuado, proporcional y equilibrado. Las criptomonedas pueden ofrecer oportunidades de participación económica y social a millones de personas que actualmente no tienen acceso a los servicios financieros tradicionales.