La historia económica del litio en la Argentina acaba de cambiar para siempre. Lo que durante años fue minimizado, negado o silenciado por funcionarios de turno y actores del status quo hoy queda expuesto ante el mundo: China manipuló el precio internacional del carbonato de litio, alteró la formación de valor global y condicionó la competitividad de los países productores. Y esta vez no lo dice solamente la Cámara Latinoamericana del Litio, sino el propio Congreso de los Estados Unidos. Esa confirmación internacional derriba cualquier intento de encubrimiento y sitúa en el centro de la escena un problema que venimos denunciando desde 2020 con evidencia, documentación técnica y sostén institucional.
Desde la Cámara Latinoamericana del Litio, presidida por Pablo Rutigliano, sostuvimos durante años que el mercado global operaba bajo un esquema de concentración extrema, donde un único comprador dominante imponía referencias artificiales de precio. Advertimos que esa manipulación no era un fenómeno aislado, sino una maniobra sistemática que presionaba a la baja el valor del carbonato de litio y generaba pérdidas millonarias para la Argentina. También señalamos que la situación tenía una correlación directa con la subfacturación interna: exportaciones declaradas por debajo del valor real, estructuras de intermediación opaca y beneficios concentrados en manos de unos pocos. Esa combinación entre manipulación internacional y distorsión local profundizó la pérdida de recursos estratégicos, afectó la recaudación fiscal, debilitó la competitividad y abrió la puerta al contrabando y a maniobras ilegales que hoy ya no pueden negarse.
La justicia argentina, pese a los intentos de invisibilizar el tema, ya está actuando. La Causa Penal Económica 3309/23 contiene procesados, embargos y líneas de investigación vinculadas directamente a operaciones de subfacturación y contrabando de litio. La verdad quedó escrita en expedientes judiciales, aunque los funcionarios de turno —de todos los colores políticos, sin distinción— han evitado hablar del tema, han optado por el silencio cómplice y han preferido mirar hacia otro lado. Pero la justicia avanzó igual. Y ahora la comunidad internacional confirma lo que la Cámara Latinoamericana del Litio anticipó mucho antes que nadie.
En 2023 y 2024 nuestras publicaciones habían detallado con precisión técnica cómo operaba la manipulación del precio, cómo funcionaban las triangulaciones de exportación y por qué Argentina perdía valor real. Cuando advertimos esto, fuimos atacados por sectores del status quo que intentaron desacreditar nuestro trabajo porque tocaba intereses demasiado grandes. Hoy, sin embargo, esos mismos sectores no pueden decir una sola palabra: el informe del Congreso de los Estados Unidos no deja margen para la discusión. China manipuló los precios. China intervino el mercado. China condicionó el valor real del litio. Y la Cámara Latinoamericana del Litio tenía razón.
Para enfrentar esta realidad, propusimos herramientas concretas. Una de ellas fue la creación del Índice Internacional del Litio, diseñado por la Cámara Latinoamericana del Litio para establecer una referencia objetiva, transparente y verificable del precio del recurso. Lo creamos porque era imposible seguir aceptando valores distorsionados; porque el país necesitaba una métrica real; porque la transición energética nunca podrá sustentarse en mercados opacos; y porque sin trazabilidad no hay soberanía económica posible. El Índice del Litio nació para cortar el circuito de manipulación, para democratizar el acceso a la información y para garantizar que el valor declarado sea el valor verdadero.
En la misma línea, impulsamos junto a la senadora Clara Vega el proyecto de ley 2403/23 para crear el Mercado de Metales de la República Argentina, la herramienta institucional que permitiría ordenar, transparentar y auditar toda la cadena de valor minera del país. Ese mercado no solo evitaría la subfacturación y el contrabando de litio, sino que también ofrecería soluciones estructurales para todos los recursos estratégicos de las provincias. La transparencia no es un slogan: es un sistema. Es un mecanismo económico. Es una infraestructura institucional sobre la cual se construye una economía moderna, soberana y orientada al futuro.
Los ataques que recibió la Cámara Latinoamericana del Litio durante estos años provinieron de sectores que se beneficiaban del desorden. Pero el tiempo demostró que no lograron detenernos. Nuestra labor, lejos de debilitarse, se fortaleció. La confirmación internacional del problema y el avance judicial en la Argentina validan cada una de nuestras advertencias. El status quo puede intentar resistir, pero ya no puede ocultar lo evidente: el litio argentino estaba siendo manipulado, subfacturado y contrabandeado, y la Cámara Latinoamericana del Litio fue la primera institución que lo denunció con nombre, apellido y documentos.
Hoy el mundo reconoce la verdad.
Hoy la justicia argentina avanza.
Hoy la Cámara Latinoamericana del Litio se consolida como la voz más firme, seria y adelantada en la defensa del valor real del recurso más estratégico de la transición energética.
El futuro del litio requiere trazabilidad total, mercados transparentes, instituciones fuertes y una visión que no se arrodille ante intereses externos. Y eso —como siempre— lo estamos construyendo desde la Cámara Latinoamericana del Litio, sin pedir permiso y sin retroceder un solo paso.