Opinión: ¿Quedó Putin Debilitado Tras Motín Del Wagner?

El pasado sábado Rusia vivió una tensa jornada por la marcha de tropas mercenarias, hasta ese día aliadas, amenazando con invadir Moscú. El presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró que serían ejemplarmente castigados, pero, en un giro catalogado de desconcertante, los mercenarios retrocedieron y no enfrentarán consecuencias. Primeros análisis estiman que el liderazgo de Putin ante su nación quedó socavado al no cumplir la promesa de castigo al llamado grupo paramilitar Wagner.

Y es que mercenarios del Grupo Wagner, combatientes del lado ruso contra Ucrania, se rebelaron contra Moscú en una tensa jornada sin precedentes. La marcha de los paramilitares rebeldes, que llegó a menos de 250 kilómetros de la capital rusa, activó planes antiterroristas en la urbe moscovita. Primeros análisis plantean socavamiento del liderazgo del presidente ruso Vladimir Putin, esto tras prometer ejemplares castigos a los alzados quienes finalmente se retiraron sin consecuencias.

La jornada, que puede calificarse por lo menos de confusa, se inscribe en el complejo escenario de la guerra en Ucrania. Dicho conflicto bélico es calificado por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) como ‘invasión’ rusa, mientras Rusia la señala como ‘operación militar especial’. Pero más allá de cualquier calificación de la guerra en Ucrania, ésta configura un pulso militar, económico y geopolítico entre bloques de poder global.

La crisis presentó la duda de cuán sólido es el Gobierno de Putin y cuánto podría afectar una rebelión interna en Rusia el curso de la guerra. Misma que ya impacta la economía mundial y de un conflicto entre vecinos pasó a uno de repercusiones globales. ¿Cómo reaccionarían los mercados si Rusia sufriera un golpe de Estado?

¿Rebelión fallida o debilitamiento de Putin?

En pocos días, medios occidentales pasaron la imagen de Putin de un gobernante con puño de acero a la de un líder debilitado. El presunto fracaso del a rebelión de mercenarios no es necesariamente un triunfo para el presidente ruso.

El actual pulso político, económico y militar entre Rusia y la Otan genera una dinámica que ralentiza al dólar e impulsa a otras monedas. Entretanto, los capitales buscan refugio en nuevos instrumentos, entre ellos las criptomonedas y economías emergentes se reconfiguran en nuevas alianzas.

¿Todos esos cambios se detendrían en seco si el Gobierno de Putin cayera?

¿Qué tanto depende la nueva dinámica del desarrollo del conflicto en el este de Europa?

Desafío a la cúpula del poder ruso

La imagen de mandatario ruso empezó a ser golpeada con cuestionamientos de su antiguo aliado, Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo Wagner. Primero se difundieron audios en los que se acusaba a la cúpula militar rusa de atacar a las tropas en la retaguardia del Wagner. Luego Prigozhin difundió un video denunciando que los militares rusos tenían doble agenda. Una en el terreno de batalla y otra sobre la mesa del presidente Putin y que el mandatario era engañado por su cúpula castrense.

El liderazgo de Putin, ante los medios del mundo, sufrió otro duro golpe cuando el jefe de los mercenarios desplegados en Ucrania a favor de Rusia llamó a la rebelión. El Wagner se alzó el viernes contra el ejército ruso y sus mercenarios tomaron posiciones en varias regiones. Esto luego que Prigozhin aseguró que el ejército ruso bombardeó campamentos base de su grupo.

El líder de los mercenarios aseguró que el bombardeo dejó “un gran número” de sus hombres muertos. El ministerio ruso de Defensa lo desmintió. Entonces Prigozhin llamó a levantarse contra el comando militar ruso y que contaba con 25.000 combatientes.

Además, aunque Prigozhin aseguraba que no estaba llamando a un “golpe de estado”, convocó a “todo el que quiera” a sumarse a una “marcha por la justicia”. El jefe paramilitar se autoproclamó un patriota e inició la marcha hacia Moscú.

Ante el avance, Putin ordenó maniobras antiterroristas y Moscú se paralizó ante la posibilidad de combates en suelo de Rusia entre fuerzas hasta entonces aliadas.

Reacción de Putin y promesa no cumplida

Tras confirmarse el avance de los mercenarios del Wagner en territorio ruso, los servicios de seguridad de esa nación abrieron una causa penal contra Prigozhin por “llamamiento al motín armado” y giraron orden de detención.

Prigozhin aseguraba a primeras horas del sábado que sus tropas irían “hasta el final” para invadir Moscú. Dijo que sus fuerzas estaban dispuestas a morir por “la patria” y por “liberar al pueblo ruso” y que habían abatido un helicóptero militar ruso.

Ante ese panorama, Putin lanzó un discurso televisado denunciando la “traición” del grupo Wagner y calificó el movimiento de tropas de “puñalada en la espalda”. Aseguró que el levantamiento acusaba las “ambiciones desmedidas” de Prigozhin y prometió “firmes” medidas para repeler la “amenaza mortal” de la rebelión armada.

El jefe de Estado ruso señaló que la situación en Rostov, donde inició la marcha, era “difícil”. Garantizó “no permitir” que una “guerra civil” en su país.

Luego se supo que el presidente de la vecina Bielorrusia, Alexandre Lukashenko, intervino como negociador. Al final del sábado las tropas de Prigozhin se retiraron a Bielorrusia sin recibir el castigo prometido por Putin. El armisticio alcanzado por un mandatario vecino fue presentado como una gran debilidad de Putin para controlar Rusia.

En otras palabras, el liderazgo del mandatario ruso sufrió, a los ojos de la prensa occidental, tres duros golpes consecutivos. Primero la traición mediática de su antiguo aliado. Luego el desafío de tropas marchando contra Moscú. Posteriormente la necesidad de mediadores extranjeros para un asunto que pareciera meramente doméstico. Finalmente, el incumplimiento de su promesa de castigo ejemplar para una rebelión armada que activó las alarmas.

Kremlin confirmó que no habrá castigo para los alzados

Luego se confirmó desde el Kremlin que la “traición” denunciada por Putin no sería castigada. Y es que el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov dijo a la prensa que la causa penal contra el jefe del Grupo Wagner, Evgueni Prigozhin, se anulará y el empresario “irá a Bielorrusia”.

“Los combatientes del Grupo Wagner que participaron en los sucesos de hoy no serán procesados (…) si así lo desean, podrán firmar un contrato con el Ministerio de Defensa”, señaló vocero. Agregó que la garantía de que Prigozhin fuese a Bielorrusia fue otorgada de palabra por el presidente Putin.

Detalló que los presidentes de Rusia y Bielorrusia acordaron que Minsk mediara para alcanzar acuerdos y que “fue una iniciativa personal del líder bielorruso”. Reiteró que el objetivo final era ‘evitar el derramamiento de sangre y la confrontación interna’, y los esfuerzos de Lukashenko apuntaron en esa dirección.

“La situación de hoy no afectará en absoluto el curso de la operación especial militar, los combatientes repelen con éxito el contraataque, la operación continuará; No se espera ningún nuevo discurso de Putin en un futuro próximo”, dijo Pescov.

Occidente sabia del motín

The New York Times aseguró el domingo que, supuestamente, altos cargos militares y administrativos de EEUU sabían de las intenciones de Prigozhin, pero guardaron silencio. Los funcionarios estadounidenses temían “que si decían algo, [el presidente ruso, Vladímir] Putin podría acusarles de organizar un golpe de Estado”.

Según un artículo de The Washington Post, servicios estadounidenses de inteligencia disponían de información sobre un inminente motín armado de Evgueni Prigozhin, jefe del Grupo Wagner, pero decidieron no revelarlo, esto según fuentes anónimas.

Fuentes no identificadas señalaron que la inteligencia estadounidense “estaba al tanto” de los planes. Pero no fue hasta que era inminente que supieron la “naturaleza y momento exactos”. “Hubo suficientes señales para poder decirle a los dirigentes… que algo estaba pasando” , señaló el diario y que la Casa Blanca y varias agencias del Gobierno de EEUU fueron avisados urgentemente.

EEUU asegura que Putin está debilitado

Antony Blinken, secretario de Estado de EEUU, declaró que la crisis por la rebelión del Wagner expuso “verdaderas fisuras” en la autoridad de Putin. Enfatizó enque Putin se vio obligado a aceptar un acuerdo de amnistía.

En declaraciones a CBS News dijo que el levantamiento fue “un desafío directo a la autoridad de Putin que plantea preguntas profundas”. Aseguró que lo acontecido “muestra verdaderas fisuras” y que duda que el incidente se haya subsanado.

Dijo, citado por BBC que es “demasiado pronto” para especular del impacto que habrá en Rusia o en la guerra de Ucrania.

“Es demasiado pronto para saber cómo va a terminar esto. Es una imagen en evolución, pero el hecho de que haya alguien adentro cuestionando la autoridad de Putin y cuestionando directamente por qué lanzó esta agresión contra Ucrania, eso en sí mismo es algo muy poderoso (…) No creo que hayamos visto el último acto”, dijo a ABC News.

Aseguró en una serie de entrevistas para tratar el tema ruso que las tensiones por “la asonada” fue fruto de meses de agravamiento político. “Hemos visto surgir más grietas en la fachada rusa. Es demasiado pronto para decir exactamente a dónde van y cuándo llegan allí. Pero ciertamente, tenemos todo tipo de preguntas nuevas que Putin tendrá que abordar en las semanas y meses que tenemos por delante”, dijo a ABC News.

“Hemos visto surgir más grietas en la fachada rusa” dijo Blinken a ABC

¿Perdió Putin amigos en el exterior?

Si bien los análisis apuntan a un deterioro interno en la dinámica de Putin con su país, en política Exterior Rusia no parece haber perdido terreno. Vale destacar que, en términos de la guerra con Ucrania, ningún país ha apoyado bélicamente a Rusia. En consecuencia, tampoco podrían retirar ningún apoyo.

Desde Occidente critican, a los que tildan de ‘grandes aliados’ de Rusia,  no ntomar partido a favor de Ucrania. Vale recordar que, en una gira del alto comisionado de Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrel, por América Latina, no obtuvo apoyo bélico de ningún gobierno para Ucrania. Pero tampoco ninguno en la región poya a Moscú. Por su parte, quienes no acatan el bloqueo a Rusia buscan proteger sus propias economías.

Turquía, aunque es miembro de la Otan y tiene el segundo mayor ejército del bloque, sólo después de EEUU, no envía armas a Ucrania ni acata medidas coercitivas contra Rusia. En contraposición es garante del acuerdo de granos del Mar Negro. Tal pacto permite la salida de granos rusos y ucranianos a pesar de las hostilidades.

Por su parte Hungría, a pesar de formar parte dela UE, no se suma a las llamadas ‘sanciones’ contra Rusia. Alega que frenar el gas ruso destruiría su propia economía y a sus habitantes.

Ni China ni India apoyan o condenan los actos rusos. Sus acercamientos se perfilan como de abierto interés económico. Sobre todo, cuando se observan los estragos de la guerra que afectan a quienes sí acatan el bloqueo. En las primeras 48 horas tras el motín la alianzas de Putin no parece afectadas, al menos no públicamente.

La guerra, de separatismo ucraniano a conflicto por el orden mundial

Vale recordar que Rusia primero aseguró que actuaba para evitar el ‘genocidio contra rusohablantes´ en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk. Dichos territorios se habrían separado de Ucrania en 2014, pero sin reconocimiento ni siquiera de Rusia, hasta 2022 cuando inició la guerra.

Rusia también acusó de nazi al Gobierno ucraniano de Volodimir Zelenzki por integrar a sus fuerzas al llamado batallón Azov, paramilitares de extrema derecha ucraniana. Luego Ucrania fue candidata a la Otan y Moscú advirtió que, de ocurrir, podría llevar las hostilidades a una guerra frontal de Rusia con atlánticos.

El 24 de febrero de 2022 Rusia reconoció la independencia de Donetsk y Lugansk y movilizó tropas a ese terreno que Ucrania reivindica como suyo. Fue cuando la Otan denunció la ‘invasión rusa’ a Ucrania mientras Moscú declaraba una ‘operación especial’ para ‘desmilitarizar y desnazificar’ a su vecino.

Pero desde entonces esa guerra ha abrazado, en ambos bandos, causas muy distintas y apenas se habla de la población del Dombás. Ahora, tras 16 meses de guerra no declarada Oran-Rusia, en Ucrania, se habla abiertamente del ‘orden mundial’ que se disputa en ese conflicto.

La evolución de las hostilidades apunta, del lado occidental, a extinguir el Gobierno de Putin y frenar la dependencia europea de Rusia. La Otan, en su cumbre de España en junio de 2022, señaló a Rusia como la principal amenaza a para la alianza. Tal declaración desplaza la manifestación inicial de defender a Ucrania de una invasión y expande los planes contra Moscú.

Del lado ruso el discurso pasó, de defender compatriotas y garantizar su seguridad, a fortalecer su autoridad en la arena internacional. En un comunicado del domingo, el Kremlin aseguró que busca “establecer un orden mundial multipolar justo”.

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