El cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin, sigue buscando la forma de mejorar la privacidad de su cadena de bloques. Por ello, ha presentado una nueva propuesta que pretende ser el inicio de una serie de cambios importantes en la red.
De acuerdo a informes del medio DiarioBitcoin, en una publicación del blog del Buterin este 20 de enero, el empresario propuso un sistema de “direcciones ocultas“, que se basa en un mecanismo donde cualquier billetera Ethereum podría generar direcciones públicas ofuscadas criptográficamente para recibir fondos en una forma privada.
En relación al sistema público, Buterin resaltó lo siguiente:
“De manera predeterminada, todo lo que ingresa en una cadena de bloques pública es público…En la práctica, usar todo el conjunto de aplicaciones de Ethereum implica hacer pública una parte importante de su vida para que cualquiera pueda verla y analizarla.”
En ese sentido, la solución que está ideando el cofundador de Ethereum es implementar direcciones ocultas o direcciones sigilosas. Un sistema que permitiría aumentar la privacidad en Ethereum al crear direcciones únicas y anónimas para cada transacción.
En última instancia, brindaría las mismas propiedades de privacidad que alguien que genera una dirección nueva para cada transacción.
¿Cómo funcionarían las direcciones privadas en Ethereum?
Buterin explicó en su publicación que el sistema permitiría realizar transacciones en cadena entre dos partes de forma anónima.
Para ello, un usuario receptor tendrá que generar y conservar un código especial llamado “clave de gasto” que utiliza para generar una metadirección oculta.
Esa dirección se podrá registrar en un dominio de Ethereum o ENS (Ethereum Name Services), y luego pasará al remitente, quien puede realizar un cálculo criptográfico en la metadirección para generar una dirección oculta, que pertenece al receptor.
Luego, el remitente puede transferir activos a la dirección oculta del receptor, además de publicar una clave temporal para confirmar que la dirección oculta pertenece al receptor.
Todo este procedimiento resultará en la creación de una nueva dirección oculta para cada nueva transacción, lo que haría difícil rastrear las transacciones o determinar quién envía y recibe activos. Asimismo, el historial de transacciones de cada usuario permanecería privado.
Cabe señalar que, Buterin explicó la necesidad de poner en marcha un “intercambio de claves Diffie-Hellman” además de un “mecanismo de ocultación de claves” para garantizar que el enlace entre la dirección sigilosa y la metadirección del usuario se pueda ver públicamente.
Además, sugirió usar ZK-SNARK, un tipo de prueba criptográfica diseñada para garantizar la máxima privacidad, donde se aumente la privacidad del sistema y se haga más complicada la vinculación de las direcciones ocultas.