Durante los últimos años, el método de minería de criptomonedas tradicional y las transacciones de activos digitales han recibido fuertes críticas por parte de algunos entusiastas y gobiernos. Según los datos, el consumo de energía de Bitcoin a partir de enero de 2023 se estima en 123.12 teravatios-hora (TWh) por año. Esto es un poco menos que el consumo anual de un país como Argentina.
La razón detrás de este gasto de energía se debe a que la mayoría de las criptomonedas operan con el mecanismo de prueba de trabajo, que consume una cantidad sustancial de electricidad y, por lo tanto, contribuye a las emisiones de efecto invernadero.
Por ello, muchos proyectos cripto como Ethereum han decidido cambiarse a otro tipo de mecanismos menos contaminantes como el de prueba de consenso. También, se han originado nuevas monedas basadas en proyectos ecológicos.
Con el uso de estas iniciativas ecológicas se ha comenzado a explorar todo, desde sistemas de validación migratorios hasta menos intensivos en energía. Además, ha avanzado la exploración de la minería basada en energía renovable en ubicaciones remotas del mundo.
Muchos inversionistas han destacado que el aspecto positivo de invertir en criptomonedas ecológicas tiene que ver con poder evitar las operaciones mineras intensivas en energía mediante el uso de algoritmos de consenso más eficientes energéticamente. Además, se considera una opción de inversión socialmente responsable.
También ayudará a los proyectos de criptomonedas a obtener el visto bueno de las instituciones gubernamentales que buscan hacer un cambio.
Entre los 10 criptomonedas y proyectos ecológicos más confiables para invertir en 2023, se encuentran los siguientes:
Solana se caracteriza por ser de alta velocidad y tener una plataforma blockchain de bajo costo que implementa un algoritmo de consenso único llamado “Prueba de Historia” para lograr velocidades de transacción rápidas.
El proyecto reduce la huella de carbono y realiza transacciones rápidamente, lo que explica su eficiencia energética. La ficha nativa del proyecto es SOL, que se utiliza para incentivar la red. Solana también consume alrededor de 200 W de energía, que es aproximadamente 1752 kWh de electricidad por año.
Cabe destacar que, la Fundación Solana creó un portal de datos que rastrea las emisiones de carbono de la cadena de bloques en tiempo real, con el objetico de convertirse en la primera plataforma importante de contratos inteligentes que tiene un portal para estos informes. El tablero actualiza regularmente las métricas clave como el consumo de energía, las emisiones y la intensidad de la energía de la red, según AMB Crypto.
Asimismo, Solana ha establecido asociaciones con Eqo Networks, el grupo industrial Global Blockchain Business Council (GBBC) y el colectivo BxCi blockchain-climate.
Polkadot se fundó en 2016 como una plataforma de múltiples cadenas que permite la interoperabilidad entre diferentes redes blockchain. Funciona con un algoritmo de consenso único llamado “Prueba de participación”. El token nativo de la plataforma Polkadot es DOT.
Cada nodo de validador en Polkadot consume alrededor de 125 W de energía, lo que sería aproximadamente 1.095 kWh de consumo de electricidad por año. (Estimaciones de 2021).
En 2022, el Crypto Carbon Rating Institute analizó cuando seria el consumo de energía y la huella de carbono de varios protocolos que usan el mecanismo de prueba de participación. En los resultados, se obtuvo que protocolo blockchain de Polkadot tenia la huella de carbono más pequeña en la atmósfera, de acuerdo a información de gagadget.com
Algorand salió al mercado en 2017 como una plataforma blockchain de alto rendimiento. Se basa en un algoritmo de consenso puro de prueba de riesgos para lograr seguridad y escalabilidad. Su ficha nativa es ALGO.
Cada nodo Algorand consume alrededor de 87 kWh a 876 kWh anualmente. Además, el proyecto se asoció con ClimateTrade, líder en transparencia y trazabilidad de emisiones de CO2.
Vale resaltar que, Algorand permite que los proyectos que se hagan dentro de su plataforma, cuenten con el respaldo de una red robusta y los usuarios puedan operar cuidando al medio ambiente.
En 2014 se estrenó Estelar como una red de pago descentralizada que permite transacciones fronterizas rápidas y de bajo costo. Trabaja con un algoritmo único llamado “ Protocolo de consenso estelar ”. La ficha nativa del proyecto es XLM.
Stellar ha formado una asociación con Poseidón para reducir su huella de carbono. Sin embargo, por ahora es muy difícil medir el consumo de electricidad de cada nodo en Stellar.
Con este proyecto, los usuarios pueden intercambiar monedas fiduciarias y criptomonedas a través de la red, y usarlas como una forma de enviar pagos de remesas a través de las fronteras sin tener tarifas elevadas o largos tiempos de transacción, según, indican en worldenergytrade.com.
Cardano cio la luz en 2015, se caracteriza por ser una plataforma de contrato inteligente que tiene como objetivo proporcionar una infraestructura de blockchain más segura y sostenible.
Este proyecto utiliza un algoritmo de consenso de prueba de riesgos conocido como Ouroboros. ADA es la ficha nativa del proyecto. Cada nodo consume alrededor de 70 W de energía, que es aproximadamente 613 kWh de consumo de electricidad por año.
El protocolo Ouroboros se encarga de seleccionar aleatoriamente a los responsables de validar las transacciones a partir de los grupos con mayores tenencias. La Fundación Cardano asegura que in su sistema, ADA se puede tomar como una alternativa sostenible. Actualmente Cardano es la Blockchain con mecanismo de prueba de consenso más grande del ecosistema
Ethereum 2.0 es una versión mejorada de la cadena de bloques Ethereum con el token nativo ETH. Ethereum 2.0 es conocido por sus cualidades verdes, ya que utiliza ETH en lugar de energía para asegurar la red.
Según la compañía, el consumo de energía bajo en ~99,95 % cuando se cambió la prueba de trabajo por la prueba de participación. Por ello, Ethereum está asegurado a través de la participación, no del poder de cómputo.
Esta mejora en sostenibilidad aporta también beneficios en seguridad: el ether apostado hace que sea mucho más costoso atacar la cadena que bajo la prueba de trabajo, pero menos costoso asegurarla, ya que hay que acuñar menos ETH nuevos para pagar a los validadores que a los mineros, de acuerdo a lo señalado en la pagina web de la plataforma.
AlintiCoin (ALIT) funciona como un token verde en la red Binance Smart Chain. Está respaldado por su propia tecnología que genera energía a través de la fotosíntesis de plantas.
En su página web, el equipo desarrollador de la moneda explica que ALIT financia la producción, comercialización e investigación y desarrollo de Alinti, que se remunera con una tasa de interés utilizada para el crecimiento continuo de la moneda.
Sumado a ello, emplean las herramientas financieras regenerativas descentralizadas con el objetivo de acelerar la nueva era de la bioenergía.
En su visión, AlintiCoin asegura que busca dar valor a los árboles generando energía a partir de sus raíces (Alinti Jungle). Con ello, evitarían tala indiscriminada en el Amazonas y, a su vez, crearía un canon eléctrico para los guardianes de los bosques.
Cabe destacar que, la tecnología de Alinti Coin es pionera en energía Biológica, y más adelante se empezaran a valorizar bonos de carbono por la masificación de sus productos. Además cada criptomoneda ALIC es respaldada por 1m2 de bosque amazónico protegido por los siguientes 100 años.
Avalanche fue fundada en 2018 como una plataforma blockchain de alto rendimiento que aplica un algoritmo de consenso único llamado “Avalanche” para lograr su velocidad y alto rendimiento. Su ficha nativa es AVAX.
Si bien, el consumo exacto de electricidad de cada nodo de avalancha es difícil de calcular, todavía es más bajo que el de las cadenas de bloques tradicionales de PoW. AVA Labs, la empresa matriz detrás del proyecto, ha formado numerosas asociaciones climáticas, incluida una con la Fundación Lemonade.
El consenso Avalanche ofrece un mecanismo nuevo y ligero para la confirmación casi instantánea de transacciones con mayores garantías de seguridad que las plataformas existentes, lo que convierte a la red en una de mejores opciones ecológicas del mercado, tal como señalan en news.america-digital.com.
Hashgraph Hedera se creó en 2018 como una red pública descentralizada. Utiliza un algoritmo de consenso conocido como “Hashgraph” para lograr su baja latencia, alto rendimiento y equidad. La ficha nativa del proyecto es HBAR.
Pese a que el consumo anual total es difícil de medir, la energía promedio consumida por transacción se calcula como 0.00017 kWh. Hedera Hashgraph además, tiene una asociación con Inter Work Alliance para iniciativas de sostenibilidad.
Vale señalar que, en un estudio de impacto ambiental realizado por UCL. que compara diferentes redes de contabilidad distribuidas, se informó que Hedera es la red más sostenible, según destaca Hedera su pagina web-
Tron se orginó en 2017 como una plataforma descentralizada que proporciona una forma más eficiente y rentable de distribuir contenido digitalmente. Usa un algoritmo delegado de prueba de riesgos y utiliza TRON como el token nativo.
Según los informes, Tron usó solo 162,868 kWh de potencia el año pasado, que es un 99.9 por ciento menos que el de Bitcoin.
Usar más proyectos de criptomonedas ecológicos puede hacer que los inversores con conciencia social se interesen más por la industria cripto. Esto puede resultar en una mayor adopción e inversión en el dominio de los activos digitales. Por ello, estas criptomonedas proambiente, van ganando mas popularidad día tras día, ya que se vuelve unan mejor opción frente al gran proceso y gasto de energía que utilizan otras criptomonedas.
Cuando una criptomoneda utiliza el modelo de prueba en lugar del modelo de prueba de trabajo se vuelve ecológica, ya que consume mucha menos energía. Además, las criptomonedas que pueden procesar transacciones de manera rápida y eficiente también pueden ayudar a reducir su impacto ambiental.
Las criptomonedas como Bitcoin, que operan con el modelo de prueba de trabajo, consumen mucha más energía que las que funcionan con otros mecanismos. Varias organizaciones y gobiernos se han quejado de esta acción ya que es preocupante desde una perspectiva de sostenibilidad. Por ejemplo, las emisiones de carbono para la minería de 1 BTC aumentaron a 113 toneladas en 2021 de solo 0.9 toneladas en 2016.
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