Análisis: Geopolítica Y Web3 ¿China Y Rusia Desafían Al SWIFT Con Blockchain Del BRICS Pay?

El anuncio del sistema de pagos BRICS Pay, independiente del sistema SWIFT, por parte del bloque liderado por Rusia y China, no tuvo demasiada publicidad. Sin embargo, parece ser un hecho consumado que podría inclinar la balanza internacional de pagos que conocemos.

Se trata de un sistema de pagos basado en la tecnología Blockchain (cadena de bloques) y, aunque su objetivo declarado es ‘facilitar el intercambio’, se estima que enmascara la capacidad de ‘evadir sanciones’ impuestas por Occidente a Beijing y Moscú.

Así surge la pregunta de cómo la Web3 podría impactar el orden mundial más allá de las criptomonedas como Bitcoin o Ether. No se trata sólo de los mercados buscando ‘libertad’ de los bancos centrales, sino de un ajedrez más complejo. Uno que incluye contratos inteligentes, Inteligencia Artificial, Internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés) y el Metaverso. Se trata de Estados que echando mano de mucho más que las CBDC (siglas en inglés de monedas digitales de bancos centrales) contra las que EEUU ya ha tomado medidas.

Vale recordar que los BRICS están conformados por potencias emergentes y su liderazgo está en manos de gobiernos que Occidente señala como ‘desafío y amenaza’. Al menos así lo dejó claro la declaración de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cuando se reunió en Madrid, en junio de 2022. Entonces la alianza atlántica catalogó a China de desafío a la seguridad de sus 30 miembros y a Rusia la declaró una “amenaza”.

Surgen dos grandes preguntas. ¿Cómo llegamos a esto? Y, si el BRICS Pay equilibra el tablero financiero ¿Qué papel jugará el armamento bélico convencional e incluso el nuclear? Esto, en un mundo que vive tensiones tan álgidas como las del peor momento de la Guerra Fría.

 

BRICS Pay vs. el SWIFT

Como ya se acotó, el mundo vive una tensión que recuerda la Guerra Fría. Esa cuando la competencia por la hegemonía global la protagonizaron EEUU y la Unión Soviética (URSS). Cuyo punto más álgido fue la llamada ‘aniquilación mutuamente asegurada’ con misiles nucleares balísticos apuntándose unos a otros. Pero también es bien sabido que esa guerra fue ganada por el bloque Occidental liderado por EEUU, o al menos eso dicen los libros de historia.

La guerra fría declinó tras la caída del Muro de Berlín que unió a Alemania en 1989 y finalmente ‘terminó’ con la claudicación de la URSS en diciembre de 1991. Cuando Mijaíl Gorbachov, quien lideraba al bloque socialista tras la Cortina de Hierro, capituló ante George Bush, entonces presidente de EEUU.

Así Gorbachov se convirtió en el último presidente soviético y acordó reducción de armamentos con EEUU y las potencias occidentales para eliminar la Cortina de Hierro que dividió a Europa desde la Segunda Guerra Mundial. La disolución de la URSS se presentó como el final del enfrentamiento , ideológico, militar, político, económico, social y propagandístico más grande del siglo XX.

Pero 30 años después, en la era rusa de Vladimir Putin, y la era china de Xi Jinping, la tensión económica y militar parece más cruenta. Y pocos apuestan por una distensión entre las superpotencias nucleares y sus áreas de influencia. pero ¿Qué pasó con el triunfo de EEUU sobre la URSS y del Capitalismo sobre el socialismo real? ¿Por qué la expansión de los BRICS y el Brics Pay desafían a Occidente?

Foreign Policy: Occidente no entendió al Sur Global

La prestigiosa revista estadounidense Foreign Policy, abiertamente a favor de Occidente, advierte a Washington y Bruselas que “Occidente debería abandonar la batalla de las narrativas”. También les reprocha cómo “el mundo occidental ha entendido mal lo que realmente quiere el sur global”.

En su artículo de noviembre de 2023, la publicación bimestral titula The West Should Give Up the Battle of Narratives (Occidente debe abandonar la batalla de las narrativas). En ella explica cómo EEUU ha roto, infinidad de veces, las reglas que impone a sangre y fuego. A saber, el libre comercio, la ‘democracia representativa’, los Derechos Humanos  y la libertad de expresión, entre otras.

Occidente viola sus propias reglas y el Sur Global reacciona

Así, Julien Barnes-Dacey y Jeremy Shapiro, ambos de Foreign Policy critican, con la venia del medio, la situación actual. El primero es director del programa de Oriente Medio y Norte de África del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. El segundo es director de investigación del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, ambos escriben para Foreign Policy.

“Desde la embriagadora victoria de Estados Unidos y sus aliados en la Guerra Fría y la posterior marcha de la democracia a través de Europa del Este y más allá, Occidente ha abrazado una reconfortante ilusión sobre un orden liberal basado en reglas” recuerdan Barnes y Shapiro.

Agregan que “el triunfo final del liberalismo sobre el comunismo” hizo que ‘los ejércitos victoriosos de la democracia’ creyeron que “podrían transferir su hermosa idea del Estado de derecho al ámbito internacional”. Así, sobreestimaron al derecho internacional. Calcularon que éste “podría controlar la guerra, defender la soberanía y proteger los derechos humanos, todo al mismo tiempo”.

Luego ironizan diciendo que fue “una visión maravillosa” para sentenciar que “nunca tuvo una oportunidad”. Arguyen que “las tentaciones del poder significaron que Occidente violara repetidamente sus propias reglas“.

¿El cañón volverá a ser el estándar?

“Los actores occidentales invadieron países cuando sintieron la necesidad” (Irak), contrataron abogados sofisticados para eximirse de las leyes que esperaban que otros siguieran (Kosovo)”, recuerda Foreign Policy. Agrega cómo “predicaron los derechos humanos mientras cerraban acuerdos con regímenes autoritarios (Arabia Saudita)”, Refieren la creación de “una Alianza Internacional (Tribunal Penal) para juzgar a los líderes africanos (incluidos los de Sudán)”. Pero luego se niegan “a reconocer su jurisdicción sobre ellos mismos (Estados Unidos)”.

Concluyen que, así “para los países menos poderosos, el orden basado en reglas siempre fue poco más que hipocresía a escala global”.

De ese modo los analistas, a quienes no se puede tachar de prorrusos o prochinos, critican la actual crisis en Oriente Medio. También la señalan como una oportunidad para dilucidar por qué Occidente termina cediendo terreno.

“Todo esto permaneció oculto durante muchos años bajo el abrumador poder global de Occidente. Nadie fuera de Occidente realmente lo creyó”, dicen. Explican como, “mirando el cañón de la supremacía militar estadounidense”, esos países preferían callar. Pero advierten que esa realidad cambió.

Colocan como punto de inflexión “la crisis financiera mundial de 2009” cuando “las potencias en ascenso del sur global” expresaron su frustración. Esas naciones despreciaron entonces “la hipocresía en el centro del orden global”, es decir, Washington y Bruselas. Esto habría allanado el camino para el surgimiento de los BRICS, y ahora su BRICS Pay.

Así, las naciones se organizaron “aquellos países que piensan que el orden basado en reglas es una mierda”, explica el texto. Países que piensan cumplir ” la exigencia de Occidente de que sacrifiquen intereses materiales fundamentales” para mantener un orden que no es tal.

Vale recordar cómo el mundo continúa en la espiral de guerra, tanto económica como convencional y los principales polos se ubican cerca del territorio de los BRICS+. Lo que no resulta tan difícil, siendo que el bloque abarca el 45% del territorio mundial. Por un lado la guerra en Ucrania que impacta a Rusia, por otro la tensión del estrecho de Taiwán, que afecta a China. También el polvorín que es Oriente Medio.

SWIFT vs. BRICS Pay ¿Qué nos podemos preguntar?

Vale acotar que la Sociedad de Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT por sus siglas en inglés) lidera las finanzas mundiales. También, que esta sociedad es gobernada, en primer término, por el dólar estadounidense (USD), seguido del euro (). Por su parte, el volumen de transacciones dentro del BRICS pareciera sólo ir al alza. De ahí surge la pregunta de si Washington y Bruselas mirarán hacia otro lado mientras crece el sistema que fortalece a Moscú y Beijing. O buscarán frenar ese avance que socavaría su posición domínate en la economía mundial.

La OTAN es la alianza militar y política liderada por Washington que incluye a la mayor parte de la Unión Europea, al Reino Unido y las economías más desarrolladas del mundo, todas reunidas en el G7. De ahí el cuestionamiento de si China y Rusia desafían al sistema SWIFT con la tecnología Blockchain. Con el BRICS Pay que se perfila como una alternativa en el sistema internacional de pagos. Ese sistema emergente no es, como se especuló, la aplicación de una nueva moneda común, o al menos no hay señales claras de tal objetivo.

Expertos apuntan a que el BRICS Pay llegará a ser una herramienta que cambiará el volumen de transacciones financieras entre los miembros del bloque. Esto, al simplificar dichos pagos entre los miembros en monedas diferentes al dólar estadounidense y al euro. Todo, impulsado por el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD). Comúnmente llamado Banco BRICS.

El bloque que sigue creciendo

Todo esto se suma a la expansión del grupo que, desde el pasado 1 de enero, ya sumó otros cinco países. También que India ya pasó a ser el país más poblado del mundo, China promete ser la primera economía y Rusia es la nación con mayor territorio del planeta. Además, China y Rusia no son los únicos ‘enemigos’ de EEUU y la UE, entre otros también está Irán, quien ahora es miembro del BRICS.

Así, tres enormes países contra los que Washington y Bruselas aplican severas medidas coercitivas unilaterales parecen tener oportunidad de burlar las restricciones. Esto, usando la tecnología Blockchain, tal como advirtieron expertos hace años.

Radiografía del BRICS Pay

Los BRICS, originalmente, fueron confirmados por cinco inmensas naciones de cinco continentes. A saber: Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica. Éstos representan “40% de la población mundial y más del 25% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial”. Esto según datos reseñados por France24 en agosto de 2022, cuando el club celebró su XV cumbre en  en Johanesburgo, Sudáfrica. El medio galo señaló que esos cinco gigantes emergentes representan 29,5% de del territorio mundial con 32 mil millones de habitantes. El portal de prensa estatal francés admite que tales números  posicionan al bloque “como un contrapeso económico a Occidente”.

Pero esos números aumentaron y tras esa reunión en la capital surafricana aceptaron a seis nuevos miembros, aunque uno se arrepintió. Actualmente, desde el pasado 1 de enero, son miembros BRICS Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Etiopía e Irán. También estaba planteada la entrada de Argentina, pero su nuevo Gobierno decidió rechazar la membrecía. Así se crea, lo que debería pasar a llamarse BRICS+ y este grupo estaría manejando.

¿BRICS+ podría desplazar al G7?

El BRICS Pay se presenta como una poderosa arma financiera que compite contra el SWIFT, a favor del grupo que pareciera ganar terreno a su antagonista, el G7.  Desde la expansión al BRICS+, el alcance del grupo llegó a 45% de la población mundial. A eso se suma que el comercio entre esos 10 países se expande. Todo parece configurar un coctel para que el BRICS Pay les permita a los países BRICS+ comerciar entre ellos usando, exclusivamente sus monedas nacionales.

Es decir, en detrimento del dólar estadounidense y del sistema SWIFT. Eso no significaría que la divisa de EEUU vaya a desaparecer, ni mucho menos, pero si podría permitir a Moscú, Beijing y Teherán evadir las llamadas ‘sanciones’, lo que socavaría el reinado financiero de Washington y Bruselas. Tal situación daría muy mal ejemplo a países y empresas que ‘voluntariamente’ se someten al dólar estadounidense. Un acto de rebeldía sin precedentes en más de 80 años de hegemonía económica de EEUU.


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