Análisis: EEUU Y Reino Unido Declaran Guerra A China Por Inteligencia Artificial

Estados Unidos y Reino Unido firmaron, este jueves 8 de junio, la “Declaración del Atlántico”, que renueva el pacto comercial bilateral. Un eje fundamental del texto es desarrollar la Inteligencia Artificial (IA). El acuerdo es una abierta declaración de guerra tecnológica contra China por el dominio de capacidades cognoscitivas e intelectuales expresadas a través de sistemas informáticos, la IA.

Joseph Biden, presidente de EEUU, recibió al primer ministro británico, Rishi Sunak, en la Casa Blanca (sede del Gobierno estadounidense), donde suscribieron el acuerdo y luego ofrecieron detalles del encuentro en una conferencia con los medios.

“Hoy hemos firmado la Declaración del Atlántico. Es una nueva alianza económica para una nueva era, algo que nunca se ha acordado antes”, aseguró Sunak, reseñado por la agencia española EFE.

El presidente Joe Biden y el primer ministro británico Rishi Sunak se dan la mano al final de una reunión en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, el jueves 8 de junio de 2023. (Foto AP/Susan Walsh)

El acuerdo prevé alianzas en materia de IA y cambio climático y abarca las áreas de minerales críticos, fundamentales para fabricar, por ejemplo, paneles solares o  vehículos eléctricos “cuya extracción y procesamiento están controlados casi en su totalidad por China”, señala la agencia de noticias.

Sunak señaló a la prensa que había priorizado en la reunión con Biden que Londres y Washington acelerarán su colaboración en Inteligencia Artificial a través de la “Declaración del Atlántico” para aventajar a Beijing.

El documento recoge además el compromiso de ambos mandatarios para el trabajo conjunto en el desarrollo de la computación cuántica, la protección a la propiedad intelectual y la fabricación de semiconductores, todas éstas, áreas en la que China lidera mundialmente.

La Declaración del Atlántico incluye también un nuevo entendimiento para la protección de datos y reducir barreras comerciales. También prevé cooperación más estrecha entre las industrias de defensa de EEUU y RU.

China es el gran contendiente a vencer

En los ámbitos militar, tecnológico, económico y de recursos estratégicos, China es la mayor preocupación a ambos lados del Atlántico Norte. En rueda de prensa conjunta, Sunak dijo que persiguen asegurar que las nuevas tecnologías no las usen “regímenes autoritarios para dañar a las democracias del mundo”, esto en franca referencia a Rusia y a China.

La Organización del Atlántico Norte (Otan), al final de su cumbre en Madrid en junio de 2022, catalogó a China de desafío a la seguridad de sus 30 miembros y a Rusia la declaró una “amenaza”. La Otan es la alianza militar y política liderada por Washington que incluye a la mayor parte de la Unión Europea, al Reino Unido y las economías más desarrolladas del mundo reunidas en el G7.

“Las ambiciones declaradas y las políticas coercitivas de la República Popular China desafían nuestros intereses, seguridad y valores”, reza el documento final de la Otan en Madrid. Concepto impulsado especialmente desde EEUU.

En esa ocasión, por primera vez. la Otan orientó abiertamente su estrategia contra China, aunque bien, Jens Stoltenberg, secretario general de la alianza, dijo entonces que “China no es un adversario”.

Los atlánticos señalaron que China “emplea una amplia gama de herramientas políticas, económicas y militares para aumentar su presencia global y proyectar poder, al tiempo que mantiene la opacidad sobre su estrategia, sus intenciones y su acumulación militar”.

Foto oficial los mandatarios de las 30 naciones que conforman la Otan durante la cumbre de la alianza en Madrid, en agosto de 2022. (Reuters/Pool/Kenny Holston)

Aukus, una pequeña Otan

Pero además de la Otan, pactada durante a inicios de la Guerra Fría, está la alianza Aukus, (siglas en inglés de Australia, Reino Unido y EEUU).

El Aukus es un ‘pacto de seguridad trilateral’ entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos, anunciado el 15 de septiembre de 2021, para ‘influir’ la región del Indo-Pacífico (área de influencia de China), y se estrenó con un convenio entre sus miembros para ayudar a Australia a desarrollar submarinos de propulsión nuclear.

El Aukus celebró una cumbre en marzo pasado en San Diego, California, EEUU y reiteró su objetivo de “defender los interese compartidos” de las tres potencias militares y económicas anglosajonas.

En respuesta, China denunció que la Aukus amenaza la paz regional indo-pacífica e impulsa la carrera armamentística en la región. Beijing acusó a Camberra, Londres y Washington de impulsar una “mentalidad obsoleta de la Guerra Fría”.

“La última declaración conjunta de EEUU, Reino Unido y Australia demuestra que los tres países… caminan cada vez más por el camino del error y el peligro”, señaló a la prensa en esa ocasión Wang Wenbin, portavoz chino de Exteriores.

El primer ministro australiano Anthony Albanese (izquierda), el presidente estadounidense Joe Biden (centro) y el primer ministro británico Rishi Sunak en San Diego, California.

La polémica por Taiwán

Otro aspecto de la guerra no declara en términos convencionales de EEUU y sus aliados contra China, está representada en la situación tensa e irregular entorno a Taiwán.

Vale recordar como, en agosto de 2022, la entonces presidente de la Cámara de Representantes de EEUU (cámara baja del Parlamento estadounidense) desafió al Gobierno chino de Xi Jinping y visitó Taipei, capital de Taiwán, y desencadenó una respuesta militar desde Beijing.

Visita, en agosto de 2022, de la entonces presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, Fotografía posando en el centro después de su llegada a Taipei, Taiwán, el martes 2 de agosto de 2022. Foto: AP

Miles de tropas chinas iniciaron un bloqueo naval a la isla, el cual interrumpió el flujo de las exportaciones taiwanesas, en especial las de microchips y semiconductores, vitales para la industria tecnológica mundial.

Y es que la isla, una nación insular que pugna por su independencia política y territorial de China desde el pasado siglo, es líder mundial en la fabricación de microchips y semiconductores.

El enrarecimiento de la cadena de suministros impactó todos los mercados tecnológicos y disparó las alarmas respecto a una posible ralentización en las industrias mundiales de telecomunicaciones, aeronáutica y defensa. También dejó al descubierto la dependencia global respecto a esa tecnología de fabricación china.

Si bien EEUU declara formalmente el reconocimiento a la política de ‘una sola China’ que aboga por la fórmula ‘un país, dos sistemas’, que permite a Taiwán una autonomía significativa, pero supeditada a la reunificación con China, el apoyo político y militar a la independencia de la nación imprime tensión en toda la región indo-pacífico.

Controlar la IA; la meta de muchos

Las pugnas en torno a la IA no se limitan a los Estados poderosos que lideran la política y la carrera armamentística mundial. También se desarrolla entre magnates de la tecnología y las firmas privadas más importantes, como hemos reseñado en un análisis de CoinGape.

Y es que recientemente se dio a conocer una carta abierta en la que más de mil ‘personalidades de la tecnología’ pidieron que se detenga el desarrollo de la IA por lo menos por seis meses.

Elon Musk es un magnate de las tecnologías, dueño de Twitter, fundador y director ejecutivo de Tesla; fabricante de autos eléctricos y de SpaceX; de la industria aeroespacial. La fundación

A pesar de su rama de negocios, el multimillonario encabeza miles de firmas de una carta abierta para detener por seis meses el desarrollo de la Inteligencia Artificial.

Dicha carta apunta, sin disimulos, el desarrollo y alcance de OpenAI, firma responsable de ChatGPT, de la que Musk es cofundador, pero renunció en 2018 . OpenAi luego fue adquirida por Microsoft, del también magnate tecnológico Williams (Bill) Gates.

La carta publicada por el instituto Future of Life, con más de más de 31 mil 800 firmas de las cuales más de mil son tecnólogos de reconocimiento global, pide “pausar los gigantescos experimentos de Inteligencia Artificial”. Según Reuters, el Instituto Future of Life está financiado principalmente por la Fundación Musk.

Entretanto Twitter usa algoritmos intuitivos, Tesla desarrolla IA para la conducción ‘totalmente automatizada’ y SpaceX, la empresa que se propone llevar a la humanidad hasta el planeta Marte.

ste sitio web utiliza cookies.