El cofundador de Ripple, Chris Larsen, fue víctima de un robo cibernético en el que se desviaron XRP por valor de 112 millones de dólares de sus cuentas. Este incidente, inicialmente percibido como un ataque dirigido a los activos digitales de un individuo, dio un nuevo giro tras una investigación de Hacken, una empresa líder en ciberseguridad.
La investigación descubrió conexiones entre dos billeteras comprometidas y lo que se conoce como “billetera autorizada de XRP”, lo que sugiere implicaciones de seguridad potencialmente más importantes para la criptomoneda.
La investigación revela una red compleja de transacciones
El extenso análisis del robo realizado por Hacken reveló una intrincada red de transacciones en diferentes direcciones de intercambio. En particular, el intercambio Kraken fue visto como un canal para el lavado de dinero.
Asimismo, un examen más detenido reveló que una billetera tenía vínculos históricos con XRP, ya que interactuó con la misma cartera de Kraken en 2020. Además, esta billetera también estaba vinculada a otra cuenta que retiró fondos a un CEX diferente durante el robo. El hallazgo de dos billeteras vinculadas al nido autorizado de XRP en esta operación indica un ataque sistémico mayor de lo que se pensaba.
Respuesta de Ripple y el impacto en el mercado
Después de esta brecha de seguridad, Larsen confirmó que varias de sus cuentas personales de XRP fueron pirateadas. Se tomaron medidas inmediatas para reducir los impactos, como informar a intercambios como Binance para que bloqueen estas direcciones e involucrar a las fuerzas del orden en la investigación.
Vale destacar que, el robo a mano armada de unos 213 millones de XRP provocó una gran ansiedad en el ecosistema de las criptomonedas. El incidente provocó una ola de cambios en la confianza del mercado y, posteriormente, el precio de XRP fluctuó después de su conmoción.