El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, tuvo la oportunidad de realizar un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) este 20 de septiembre. En su intervención volvió a criticar fuertemente al formato de la ONU y de “las superpotencias”.
De acuerdo a reportes del medio BeInCrypto, el ejecutivo nacional, Nayib Bukele, destacó por medio de su discurso en la ONU cuales considera que han sido los avances más notorios de El Salvador.
Por lo que, se encargó de resaltar que “en poquísimo tiempo”, su país ha pasado de ser “literalmente el país más peligroso del mundo, a estar en camino a ser el país más seguro de América”.
Asimismo, Bukele sacó a relucir el incremento turístico que ha tenido el país, el cual atribuye directamente a la legalización de Bitcoin.
En esa misma línea, Bukele indicó que cualquiera que vaya a El Salvador encontrará las mejores playas para surfear del mundo, volcanes por todas partes y un café increíble.
Y eso no es todo, también “podrán caminar con paz y tranquilidad por cualquier rincón del país y especialmente, encontrará un pueblo unido luchando por su libertad.”
El turismo de El Salvador crece con Bitcoin
Pese a que no se refirió específicamente al tema, el mandantario hizo referencia a los acontecimientos como el ránking de El Salvador siendo el país con el turismo más resiliente en toda Latinoamérica y el Caribe luego de la pandemia del Covid-19. Todo esto gracias a Bitcoin.
Otro avance fue el anuncio efectuado por la Ministra de Turismo de El Salvador, quien había revelado los buenos resultados de los planes con la criptomoneda.
En su momento, destacó el importante papel que tuvo Bitcoin (BTC) en el turismo de la nación. También pudo hacer referencia a los proyectos de inversión realizados en la comunidad de el Zonte.
Con todo esto, se dió la tarea de recalcar el aspecto de “libertad financiera” en el país.
“Pasamos de ser un país para muchos desconocido y los que lo conocían, lo conocían por las pandillas, por los muertos, por la violencia, por la guerra; pasamos de eso, a ser un país conocido por sus playas, por el surf, por sus volcanes, por su libertad financiera, por su buen Gobierno y por haber acabado con el crimen organizado”.
Nayib Bukele defiende la libertad del país
En base a todo lo expuesto, Bukele aprovechó de criticar en su discurso a los “países poderosos” o “superpotencias”, a los cuales dijo que “para ser libres es requisito indispensable que los poderosos respeten la libertad de su nación”.
Por otro lado, ofreció su apoyo y amistad a “otros pueblos del mundo que, como el mío, quieren construir su propio camino con libertad”.
“Vengo de un pueblo que solamente es dueño del país más pequeño del continente americano. Y que incluso esa pequeña propiedad sobre ese pedacito de tierra, que apenas se ve en el mapa, no es respetada por países que tienen muchísimo más territorio, muchísimo más dinero, muchísimo más poder y que piensan correctamente que son los dueños de su país; pero que piensan incorrectamente que también son los dueños del nuestro”.
¿La ONU está “obsoleta”?
Lo más curioso de la participación de Bukele es la queja que hizo hacia el sistema de las Naciones Unidas, tachándolo como “un formato obsoleto”.
Sin embargo, aseguró que había vuelto porque tal vez el esfuerzo “sirviera de algo”.
“Tal vez aún sirva de algo, entre muchas otras cosas, para que este representante de este pequeño país, el más pequeño del continente americano, humildemente les recuerde que estás Naciones Unidas no se crearon para dividir, para destruir o para someter. Sino para relacionarnos, para trabajar juntos, para construir una mejor comunidad de países y para buscar soluciones a los problemas del mundo. Hace tres años estuve aquí, en este mismo podio de las Naciones Unidas. En ese tiempo les dije que este formato era obsoleto y tres años después nos damos cuenta que lo es aun más”.
Por último, Bukele añadió que llegó a pararse en el podio, en un formato en el que “ya no cree”, para decir algo que a lo mejor no cambiará la forma en la que los países poderosos ven a los demás. Pero tal vez pueda cambiar la forma en que los países en vías de desarrollo se ven a ellos mismos.