Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, ya tiene su propia criptomoneda. La Ayusocoin, que es como se llama, fue creada por el informático Íñigo González con el objetivo de atraer a la clase política al mundo cripto.
De acuerdo con la revista financiera Forbes, su creador aclara que la criptomoneda no corresponde a ningún partido político, sino que se trata de una estrategia para llamar más la atención.
Un token “casi accidental”
Forbes reseña que González creó este token de forma “casi accidental”. Necesitaba conocer el funcionamiento de las criptomonedas y pensó que la mejor manera de conocerlo era desarrollar un token desde cero.
Tras esto, decidió que su criptomoneda sería bautizada con el nombre de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Nada más y nada menos.
“Lo que quiero es que esto llegue a manos de nuestros políticos. Si te vas a la web del Congreso o de la Comunidad de Madrid, ninguno declara en sus declaraciones de bienes que tenga criptomonedas. Tienen hipotecas, cuentas corrientes, inmuebles (…) Pero ninguno tiene criptomonedas”, explicó González en una entrevista con Europa Press.
González ha lanzado 47.000 millones de Ayusocoins y, de momento, estos no tienen ningún coste, aunque cada persona solo podrá concentrar 10.000 unidades. Por ahora, González no se plantea ponerle un precio al activo y tampoco cree que vaya a convertirse en un meme.
«A ver si así conseguimos que Díaz Ayuso tenga 1.000 ayusos. Y no solo Díaz Ayuso, sino también gente de otros partidos», señaló.
El auge de las criptos
Más allá de los políticos españoles, parece que no hay sector que se resista a las criptomonedas. Desde la adopción, la regulación o la supervisión, distintos países han abierto las puertas a Bitcoin y otros criptoactivos.
El ejemplo más claro sucedió en El Salvador, donde el Congreso aprobó la propuesta del presidente, Nayib Bukele, para convertir al Bitcoin en moneda de curso legal en dicho país.
Queda por ver como España y sus dirigentes reaccionan a este sistema financiero, que llegó para quedarse.